La obsolescencia programada es una de esas cosas que odiamos. Le hace daño al planeta, a la industria y – por supuesto – al consumidor que usa productos que están listos para colapsar cuando la empresa que lo vende lo defina. Pocos se salvan de esta mala práctica, y hoy en día sumamos una empresa más dentro de la lista de fabricantes que la aplican: Epson.
Un reporte de Gizmodo recoge el tweet de Mark Tavern, escritor y profesor de la Universidad de New Haven en Connecticut, que trajo a la vida un tema del que ya se tenía pruebas anteriormente. La impresora Epson de su esposa dejó de funcionar un día, acusando la necesidad de llevarla a servicio técnico sin tener una falla aparente.
El mensaje desplegado por la impresora indicaba que el dispositivo había llegado al final de su vida útil, y que tenía que ser llevada a servicio técnico para repararla o, de plano, comprar una nueva.
La impresora en si misma no tenía ningún problema operativo ni nada que le impidiera seguir funcionando; sin embargo, la empresa programó la impresora para que deje de funcionar tras cierta cantidad de páginas para forzar al recambio de una almohadilla porosa que permite recolectar la tinta y así evitar que manche los documentos.
Estas almohadillas se desgastan con el tiempo, y de no ser reemplazados, podrían provocar que algo de tinta pueda escapar de la impresora y dañarla. De este modo, Epson evita responsabilidades ante posible daño sobre el mobiliario y otros bienes del usuario en caso de un problema con esta pieza, a costo de la máquina. Un problema de diseño que termina limitando la funcionalidad.
Sin embargo, muchas otras piezas internas de la impresora son proclives a desgastarse mucho antes que esto sea un problema, por lo que estaríamos ante un nuevo caso de una empresa forzando al usuario a pagar por servicio técnico para “rescatar” las funciones que su impresora sería capaz de seguir haciendo sin mantención.
Las impresoras afectadas por este problema son las Epson EcoTank L130, L220, L310, L360 y L365, pero podrían haber otras del mismo fabricante que sufran de este problema si fueron fabricadas en los últimos 5 años.
El bloqueo de la impresora puede ser liberado a través de una herramienta de software que la propia Epson liberó. El programa sólo corre en computadores basados en Windows, y entregará al usuario la opción de hacerla funcionar nuevamente por una única vez y durante un corto lapso de tiempo. Luego de eso, llevarla a servicio técnico se vuelve obligatorio.
Esta mala práctica es un flaco favor para una industria en que cada empresa está constantemente enarbolando la bandera de la sustentabilidad, y que constantemente nos recuerda de la relevancia de reducir la basura electrónica y el impacto que el recambio de dispositivos provoca en el mundo.
Forzar al usuario a comprar un modelo nuevo simplemente no es el camino, a menos que sea el camino de salida hacia otra marca que no tome como rehén a sus consumidores.