Dos presuntos espías chinos fueron acusados en Estados Unidos de intentar sobornar a un doble agente estadounidense, para así conseguir información estratégica para el gobierno de China.
Así lo detalló el Fiscal Nacional estadounidense, Merrick Garland, quien este lunes confirmó en conferencia de prensa que estos ciudadanos chinos buscaban claves legales sobre el procedimiento de la justicia norteamericana contra una compañía tecnológica de ese país.
Diversas fuentes relacionadas con la causa confirmaron al Wall Street Journal que la empresa en cuestión es Huawei Technologies Co.
Esta compañía ha estado bajo la lupa estadounidense durante muchos años, esto ante la amenaza que los productos de esta empresa – sus componentes, dispositivos, software e infraestructura de telecomunicaciones – plantea como potencial puente de ciberespionaje para la seguridad nacional del país, sus empresas y sus ciudadanos.
La empresa además ha sido acusada en numerosas ocasiones en distintos lugares del mundo por instrumentalizar su posición dominante en ciertos mercados, desarrollar prácticas reñidas con la legalidad en su acercamiento a los estados, los gobiernos, reguladores e incluso los medios. Esto para lograr objetivos de su casa matriz en cuanto a nuevos negocios, regulación favorable, y percepción de la sociedad sobre la empresa.
Huawei y Estados Unidos, una larga historia de conflicto
Esta investigación data de 2017, momento en que los agentes chinos Guochun He y Zheng Wang – quienes son descritos en la acusación como personas al servicio del gobierno chino a favor de Huawei – se aproximaron a este oficial estadounidense que rápidamente levantó la alerta al gobierno.
Bajo la supervisión del FBI, esta persona desarrolló una relación de confianza con los asiáticos, quienes le habrían pedido información confidencial sobre el proceso legal contra Huawei.
Los presuntos espías chinos pagaron miles de dólares en Bitcoin, dinero en efectivo y USD $600 en joyas a cambio de información sobre los testigos del caso, potenciales nuevas acusaciones y datos sobre pruebas que el gobierno tuviese en su poder. Según el FBI, con esta acción se buscaba obstruir y desacreditar la investigación estadounidense contra Huawei.
Tanto China como Huawei han negado constantemente cualquier participación en potenciales delitos asociado a estas acusaciones.
