Un ex-empleado de la empresa de seguridad ADT en Estados Unidos se declaró culpable tras ser acusado de espiar a clientes de la compañía a través de sus cámaras de seguridad. Estas cámaras son manejadas desde una central a la que el sujeto tenía acceso y le permitió – al menos – 4 años y medio de material de 220 domicilios.
El sujeto se añadía como usuario a las cuentas de estas personas. Esto le daba acceso remoto a las cámaras de los clientes de la empresa, lo que le permitió espiarlas remotamente y guardar videos de sus actividades.
El hombre, Telesforo Aviles, asumió actuar motivado por ver desnudez y relaciones sexuales de las personas a las que espió. Su defensa alegó que actuó “sólo por su propia gratificación sexual”.
ADT confirmó el hecho a través de su sitio web, y detalló que el sujeto espió a sus víctimas ingresando a sus cuentas un total de 9600 veces en 54 meses. La empresa además agradeció al FBI por llevar a Aviles a la justicia por crímenes federales.
El ex empleado enfrenta la posibilidad de pasar hasta 5 años en prisión.
No sólo ADT: las cámaras conectadas, nuevamente en la mira
Con el surgimiento de empresas de seguridad que impulsan sistemas de videovigilancia al interior de hogares, la posibilidad de brechas de seguridad siempre está latente. Siempre hay potencialmente alguien detrás de una cámara que transmite 24/7, y nuestra intimidad puede quedar registrada para diversos fines.
¿Realmente quieres una cámara en tu habitación? Hackers y empleados inescrupulosos podrían aprovecharse de este acceso a tu vida. Quizás sea momento de tomar las mismas precauciones que tomamos con las cámaras de nuestros computadores. Si no la necesitas, tápala para que – incluso si son intervenidas – nadie pueda ver lo que ocurre en tu casa cuando estás en ella.
