No sé si te acuerdas, pero hace algunos años HTC era el teléfono que todos queríamos tener, básicamente porque lideraba en prestaciones y su diseño destacaba en el ecosistema Android. Y era más caro, pero en cierto modo sentíamos que valía la pena.
Hace años que la marca ya no nos evoca nada de eso, y su nuevo teléfono presentado en CES 2021 nos lo recordó.
El Desire 21 Pro 5G es el primer smartphone que introduce la marca este año, también el primero 5G de la serie Desire. Cuenta con una pantalla de 6,7″ en proporción 20:9, capaz de reproducir contenido HDR y con tasa de refresco de 90Hz.
El equipo cuenta además 8GB de RAM, almacenamiento de 128GB, un arreglo de 4 cámaras traseras con un sensor principal de 48MP y un lente de 5 elementos de buena calidad con modo noche, además de un ultra gran angular de 118°, un supermacro de 40mm y un sensor de profundidad de campo.
Su cuerpo de 205 gramos de peso está inspirado en materiales rústicos y una superficie mate que “simboliza las infinitas posibilidades del 5G”, en palabras textuales de la compañía taiwanesa.
Su batería es de 5000 mAh, está movido por Android 10, y – detalle clave – tiene un procesador Qualcomm Snapdragon 690 5G. Este es el SoC llamado a amplificar el alcance de la gama media en el mercado en 2021.
¿Por qué era importante el procesador? Porque es el mismo procesador y una configuración similar a la del OnePlus Nord N10 5G, equipo que cuesta USD $299.99. HTC quiere aproximadamente USD $428 por su nuevo Desire.
No. Por ningún motivo.
Me gusta recordar esos momentos en que HTC era el teléfono a tener. Fue mi primer Android, gracias al mítico G1; sin embargo, no se vive de recuerdos. HTC está totalmente perdido con el precio y tendrá que recalcular y rebajarlo un buen tramo para poder competir en el mercado.
