OfficeCASE, la oficina maletín para tiempos de teletrabajo

Conversamos con el inventor de OfficeCASE, Juan Pedro Verdier, sobre su viaje para llevar un proyecto de un sueño pandémico a la realidad.

La pandemia de Coronavirus ha hecho que nos demos cuenta de muchas cosas. Una de ellas, que las oficinas físicas quizás no sean tan necesarias como pensábamos, y que – en ciertos casos – podemos reemplazarla totalmente haciendo nuestras tareas a distancia. Y es muy probable que esa tendencia sólo se consolide en el marco de la “nueva normalidad” en la que viviremos.

Y pensando en eso es que vemos el nacimiento de un gadget llamado OfficeCASE. Este es un maletín que ofrece un completo espacio de trabajo donde sea que lo lleves, todo para hacer fácil el portar con uno mismo las cosas estrictamente laborales. Además se integra perfectamente con tu smartphone, sin importar su marca o modelo.

Lo más bonito de todo es que fue “Designed in Santiago”, no en California o en otro lado.

Detrás de este producto está Juan Pedro Verdier, conocido comunicador uruguayo, pero de corazón inventor y maker. Durante su tiempo de trabajo en la pandemia, Verdier tuvo la idea gracias a la propia dificultad que vivió en su aterrizaje forzoso en la experiencia de teletrabajo.

Bosquejos y renders digitales del producto. Imagen: OfficeCASE.

La creatividad nace de la necesidad

“Esta idea nació por una necesidad mía. Asaltaron a mi mujer, y quienes la asaltaron tenían la tarjeta que abría el portón del lugar donde vivíamos, las llaves de la casa y la dirección de la casa. Tras el episodio definimos cambiarnos a otro lugar durante un tiempo al principio de la pandemia. En esa época tenía que irme a eso de las 6 de la mañana entre los cerros para llegar a nuestra casa, donde tenía todas mis cosas para trabajar, e internet.

Después de trabajar todo el día, Juan Pedro volvía a su hogar temporal, y en esos viajes lo acompañaba un montón de equipos. “Me llevaba el iPad, el celular, computador, todos sus cables, mi cuadernito donde anoto todo, lápices, destacadores…” y una lista que tiende al infinito. “Lo metía en una bolsa de supermercado, o en mochilas. Se me quedaban cosas en todos lados, se perdían, y no tenía una forma eficiente para consolidar mi kit de trabajo,” explica.

Así fue como – con esa frustración – se puso manos a la obra.

De la mano de un lápiz y papel, dio forma a su idea y lo que debía tener. Una fuente de luz, una fuente de energía que la sustente y que permita cargar dispositivos, un parlante, una pizarra, una base de madera para apoyarse si deseas tomar notas, espacio para lápices y otro equipamiento de oficina, un espacio para sujetar el teléfono y así tener videoconferencias… y además debía ser portátil y verse bien.

“En mi taller creé la primera versión, el prototipo o “workshop” como le pusieron en la fábrica donde lo construirán.”

Así surgió la primera maqueta de lo que sería el OfficeCASE.

El OfficeCASE fue una idea que tardó en ver la luz

“Nunca había patentado un invento”, comenta Verdier. “Había hecho muchos inventos en mi canal de YouTube, pero nunca había patentado uno. Así descubrí que es dificilísimo, es caro y requieres de un equipo de abogados para esto.”

El proceso no sólo se trató de diseñar e iterar su ofimaleta, sino chequear a nivel mundial que la idea fuese original y patentable.

“Toma 15 días el proceso de revisar productos similares en el mundo. Se encontraron 8 inventos de maletines, pero ninguno tenía que ver con éste. Con eso la patente se vuelve admisible, y se tarda entre 3 a 5 años en otorgarse. Pero ya me entregaron la patente pendiente, así que con eso puedo salir a venderlo,” me explica orgulloso.

En todo este proceso, Verdier reconoce el apoyo de Álvaro Sepúlveda, el dueño de Media Trends Group, quien desde Miami le prestó apoyo incluso desde antes de la entrega de la patente. La agencia de Sepúlveda se encargará de crear la campaña de Kickstarter que llevará el producto a las manos de los compradores, además del bodegaje de las unidades.

“Si el lanzamiento cumple la meta, 14 días después Kickstarter te pasa la plata. Esa plata va a la fábrica en China, la que ejecuta todas las órdenes de los compradores de Kickstarter, y despacha a cada comprador.”

Sólo una vez que ese paso esté superado, la empresa comenzará con venta internacional directa a través de su propia tienda electrónica. Esperan despachar desde bodegas que recibirán los productos tanto desde Miami como desde Santiago.

“Ambas bodegas están listas”, asegura Verdier.

Dibujo de un caso de uso. Imagen: OfficeCASE

La expectativa: ser un producto icónico

Una de las cosas que más le preguntan – tanto en sus redes sociales personales como en las de este proyecto – es el precio que tendrá el OfficeCASE.

La respuesta de Verdier deja ver que los planes van más allá de sólo vender el producto a un precio que le asegure un buen retorno: El foco está en aprovechar la flexibilidad impuesta por el teletrabajo para ofrecer una herramienta que descentralice el trabajo “de oficina” de una vez por todas.

La gente cree que esto va a salir carísimo, y efectivamente la gente en la fábrica me ha recomendado que lo pudiéramos vender más caro y generar una utilidad mayor. Pero yo quiero que lo tenga todo el mundo, que sea furor, la nueva cosa que no podés no ver en un café con todo el mundo trabajando“, explicó.

“Quiero que la gente se beneficie de quitarle el valor a la oficina física. Tú vas a tu oficina a trabajar, y la oficina es tu dueña. Llegas ahí, trabajas y te vas. Con esto eres vos quien manda, y la oficina va donde vas vos.”

Juan Pedro reconoce que no hay inversionistas detrás de este proyecto salvo MTG y él mismo. Y dado que lo van a desarrollar a través de Kickstarter, el valor del producto estará dado por el tramo de tiempo en que las primeras personas apoyen el proyecto. Habrá un precio Super Early Bird, Early Bird, y un precio retail que será el definitivo.

OfficeCASE iniciará su crowdfunding en las próximas semanas. Las unidades compradas en este periodo tardarán cerca de un año en llegar a sus compradores.

Sobre su materialidad, el OfficeCASE está hecho de termoformado por fuera en color negro mate con acentos en negro brilante. El escritorio y el sujetalápices son de madera. Su botón on-off y el logo del producto se encienden en color violeta al estar usándolo, esto junto a un sonido que marque el inicio de la sesión de uso del OfficeCASE. Y además tiene compartimentos recubiertos en goma suave para proteger dispositivos frágiles.

¿Pero cuál será el precio finalmente? Si bien no quiso comentar a firme cuánto costaría, se rumorea que podría tener un ticket entre USD $250 y USD $300. “Al tener una cosa que tiene un parlante Bluetooth de buena calidad, un powerbank de más de 20.000 mAh, un aro de luz LED, y de todo un poco, me hacen pensar que su valor es más alto que el precio,” explicó.

Y se tienen fe. Uno de los motivos por el cual eligieron la factoría con la que trabajan, es su elasticidad a la hora de ajustar la producción del OfficeCASE. “La fábrica tiene capacidad de fabricar hasta un millón de unidades al año, por lo que estamos preparados si la demanda es grande.”

Otro prototipo del OfficeCASE. Foto: Juan Pedro Verdier

La pregunta de los escépticos, “¿qué hay de malo con una mochila?”

Las personas que han dudado del concepto y han levantado inquietudes a Juan Pedro al respecto, le preguntan “¿por qué si yo tengo mi mochila y puedo poner todas mis cosas ahí, necesito un OfficeCASE?”

Verdier asegura que la ventaja está oculta hasta que uno la experimente o hasta que uno vea a un familiar o amigo experimentándolo.

El OfficeCASE consolida estrictamente lo relacionado con el trabajo, por lo que el maletín mismo se convierte en el escritorio donde sea que lo use. La gracia de esto es no tener que mover mi notebook de un lugar a otro, sino que muevo mi oficina de un lugar a otro. Muevo mi escritorio para todos lados,” comenta entusiasmado.

“La inmediatez con la que uno puede levantar todas sus cosas para moverse y seguir trabajando en otro lado es bastante positiva. Hay un tremendo espacio para desarrollar el concepto de una oficina en tu mano. De llegar a un lugar y que este equipo sea vinculado a primera vista con algo laboral. Una mochila se vincula más quizás a un estudiante o a un deportista.”

Un render del maletín nos muestra cómo se verá la versión final. Mucho más refinada que los prototipos. Imagen: OfficeCASE

Un solitario viaje desde la mente a la realidad

El creador de OfficeCASE comenta que tuvo que cambiar su forma de abordar sus trabajos de creación. Esto en comparación con el flujo de trabajo que tenía antes en estos proyectos.

“Cuando trabajas en un invento así durante mucho tiempo, generalmente lo que yo hacía era hacer algo simple con unos palos y scotch, mostrarlo y ver a mis amigos o en las redes sociales qué opinaban. En este caso, cuando aposté por el maletín, lo llevé a cabo por meses sin el feedback de la gente y sólo preocupado de lo que yo necesitaba,” señala.

Yo no tenía la intención de ponerlo público hasta que estuviera la campaña en Kickstarter, pero también quería que se corriera la voz. Mi socio Álvaro preguntó en su Instagram las metas de sus seguidores en 2021, y yo le contesté que ‘la rompiéramos con el OfficeCASE’.”

“Él lo hizo púbico ahí e invitó a su gente a seguir la cuenta del producto, y cuando vi que empezó a agarrar vuelo publiqué el video, unas fotitos que tenía, y el maletín simplemente explotó. Más de 1000 seguidores en menos de 24 horas, sin ninguna inversión en publicidad, y cientos de preguntas sobre el precio, disponibilidad y hasta consultas de grandes compañías. Fue una locura y una buena sorpresa,” explicó Verdier.

“La recepción de la gente me deja tranquilo e hizo que sonriera sobre esto“, concluyó.

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