No muchos se dieron cuenta en su momento, pero durante la presentación de LG en CES 2021, una chica de rasgos coreanos, melena y un hoodie color rosa con mucha onda estuvo en cámara durante unos minutos para hablar de unos robots de la marca que desinfectan lugares públicos con luz UV-C.
La idea detrás de esto era poner en relevancia que estos robots serán fundamentales para retomar de forma segura los viajes que ella tanto disfruta, añorando volver a recorrer el mundo.
El tema es que ella no existe en este mundo.
Influencer virtual, una tendencia al alza
Reah Keem es una influencer virtual “basada” en Seúl, pero como tú o como yo, sus creadores la dotaron de raíces humanas, aptitudes, gustos musicales y grandes ambiciones de vida. Actualmente tiene más de 7000 seguidores en Instagram, donde su bio dice que es “escritora de canciones, DJ y música virtual”. De hecho, puedes escuchar su música en SoundCloud.
Y el hecho de que Reah no exista, no le impide generar mensajes apoyando a marcas y productos, junto con mostrar la vida exitosa que sus creadores han diseñado para ella.
Tanto así que LG usó sus servicios para explicar de forma sencilla algo que – de otra manera – hubiese sido un anuncio más entre tantos para explicar cómo ellos también tenían una solución tecnológica para combatir el Covid-19.
Los influencers virtuales son potencialmente imparciales, no tienen ningún secreto oscuro que pueda atacarles en su momento de gloria, no hay un futuro que pueda verse amenazado por una mala decisión, y son totalmente controlables en cada una de sus acciones por sus compañías operadoras. Su mayor impacto está en hombres y mujeres de entre 18 y 34 años.
No está claro si LG creó a esta influencer para cubrir sus necesidades o si un estudio en Corea del Sur la hizo en colaboración, la cedió para promocionar su tecnología y profitar con las colaboraciones.
La compañía sí confirmó que fue hecha “más humana” a través de Deep Learning, una técnica donde múltiples algoritmos de Machine Learning interactúan de forma autónoma, permitiéndole a la máquina “abstraerse”, razonar, concluir y aprender por su propia voluntad. Miedo.
No sabemos si más allá de su canal de Instagram y de SoundCloud, Keem podrá vivir para seguir haciendo actividades y – quizás – ser una celebridad.
Por ahora es interesante ver cómo la tendencia de los influencers virtuales comienza a crecer en el mundo con – al menos – 10 otros personajes que, contrario a lo que muchos influencers de carne y hueso hacen, buscan ser y parecer más humanos ante los ojos de sus seguidores.