Definitivamente 2020 ha sido un año extraño, y la pandemia de Covid-19 ha cambiado muchas de las dinámicas laborales y sociales que solíamos tener. Y bueno, a menos de un mes de Navidad, y si tanta gente está haciendo teletrabajo, ¿por qué Santa Claus no podría hacerlo también, si es parte de la población de riesgo?
Alrededor del mundo, el llevar a los niños a saludar y fotografiarse con Santa Claus se reemplazan por videoconferencias y llamadas pregrabadas o en vivo. Así se crea una instancia segura para que los niños y sus familias puedan disfrutar de momentos con él a pesar de las necesarias restricciones sanitarias.
Estados Unidos e Inglaterra han sido pioneros en esta tendencia, que rápidamente está siendo replicada a nivel mundial. Los precios para acceder a estas videoconferencias totalmente personalizadas son relativamente baratas (USD $13), pero el modelo de negocios hace que los precios suban exponencialmente cada semana. Los precios alcanzarán su máximo – unos USD $67 en promedio – para la semana de Navidad.
La forma más segura para Santa Claus
Tal como las reuniones de trabajo pasaron a la virtualidad, el trabajo de los ayudantes del Viejo Pascuero también pasó a esta modalidad.
El motivo es sencillo, pues dado que las personas que interpretan al personaje más icónico de la Navidad usualmente son de la tercera edad y presentan distintos grados de sobrepeso, además de otras comorbilidades. Ellos eventualmente podrían ser presa fácil del Covid-19 y generar cuadros más complicados.
Sumado a eso está la alta rotación de niños que atenderían durante diciembre. Se ha comprobado que los niños pueden ser un vector asintomático del nuevo Coronavirus, lo que propicia que Santa se contagie, y – para peor – contagie a otros niños. Ellos podrían llevar el virus a sus núcleos familiares.
Alrededor del mundo son muchos los centros comerciales y tiendas que han cancelado las reuniones presenciales 1-a-1 con el Viejo Pascuero. La idea es reemplazarlas por dinámicas a través de portales asociados a la tienda que le ofrezcan una experiencia distinta a los niños.
Entre esas se incluyen envío de cartas que serán prontamente respondidas, visitas virtuales a la fábrica de juguetes y – por supuesto – videoconferencias con el mismísimo Papá Noel.
La Nueva Normalidad también modificó la forma en que celebramos Navidad. Al menos por ahora, esta es la forma más segura de asegurarnos de tener una celebración de fin de año con menor riesgo.
