Elon Musk pone en duda su bombástica compra de Twitter

Las acciones de la red social bajaron considerablemente durante este viernes. Musk tuvo que aclarar que seguía comprometido con la compra.
Foto: Wikimedia

Con un tweet, el magnate sudafricano Elon Musk levantó un manto de dudas sobre su intención real de comprar Twitter. Esto tras declarar que está a la espera de la confirmación oficial de la cantidad de cuentas falsas que hoy existen en el servicio.

Esto provocó que el valor de la acción bajara más de USD $14 durante el viernes, lo que la llevó desde la valuación ofrecida por Musk en su propuesta de USD $54.20 a USD $40.50 tras sus comentarios. Una propuesta que fue anunciada como la “mejor y final”, pero que – por un momento – parecía que entraba a una revisión que la podía llevar a un arrepentimiento del multimillonario.

Sin embargo, a poco andar, un nuevo tweet – en extremo escueto y directo – aclaró que Musk no tenía intención de abandonar la compra de la popular red social.

“Aún comprometido con la adquisición”, escribió.

La maniobra no cayó nada bien al interior de Twitter, donde comentarios hechos por empleados – los que fueron recogidos y publicados por Reuters – fueron catalogados como “denigrantes” y considerados como una potencial violación a las cláusulas de una adquisición de esta naturaleza. La empresa no planea ninguna represalia contra Musk.

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Foto: Brett Jordan – Pexels.com

El 5% de la discordia

Al momento de anunciar su intención de comprar Twitter, una de las banderas de lucha que Elon Musk levantó fue la pelea contra los “bots”, cuentas falsas que son usadas con múltiples fines en la plataforma, pero que principalmente ayudan a crear tendencias falsas, difamar personas, impulsar noticias falsas e instalar ideas de masividad tras conceptos realmente irrelevantes.

Desde 2013, Twitter ha declarado – incluso a los reguladores – que la cantidad de cuentas activas en el servicio que responden a esta definición son apenas cerca del 5% del total. Una cifra que se ha mantenido constante a pesar del crecimiento de la plataforma, y en la que Musk realmente ha puesto el ojo para saber si es real o no.

Expertos aseguran que esta maniobra pública sólo busca bajarle el perfil a la red social, para así obligar a Twitter a exponer la cifra real de cuentas falsas, y finalmente bajar el precio de su compra.

Si Musk no compra Twitter, la cláusula de exención de la transacción lo obliga a pagar USD $1.000 millones por concepto de potenciales daños y perjuicios a la red social. Sin embargo, también existe una cláusula de “rendimiento” que podría darle una puerta de salida a Musk si se descubriera que el estado actual del servicio no es tan ventajoso como por años ha anunciado.

Por ahora el negocio continúa, pero esta presión va a provocar una serie de preguntas sin respuesta que dejan al hombre más millonario del mundo – y uno de los trolls más activos que tiene Twitter – en posición de seguir trolleando frente a sus casi 93 millones de seguidores.

Esta vez, quizás, para lograr un precio más bajo por la compra de su más reciente obsesión.

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